El trabajo es un bien de todos. Un derecho. -Trabajo para todos- es fundamental en la planeación económica de un país orientado a la justicia y al bien común.
La participación de la mujer es necesaria en el ambiente laboral. El reconocimiento y la defensa de los derechos de las mujeres, debe tener en cuenta su dignidad y su vocación de mujer.
Su trabajo en la empresa no debe ser causa de abandono de obligaciones en perjuicio de la familia, en la que como madre y esposa, tiene un papel insustituible.
-La Casa- es una de las posesiones más importantes y naturales de la familia. Es nuestro lugar de descanso después del trabajo. Es el hogar donde compartimos la intimidad de la familia, nos sentimos a gusto.
La felicidad humana depende en buena medida de que en el hogar, padres e hijos compartan inquietudes, experiencias, proyectos futuros.
Trabajo y familia necesitan de la Empresa -estrategias laborales- y del Estado -políticas económicas- que favorezcan el núcleo familiar garantizando la fuente de trabajo.
La desocupación tiene serias repercusiones materiales y morales sobre las familias. Y en la vida de la empresa, surge la desconfianza e inseguridad que afectan su estabilidad.
Cuidemos nuestro trabajo y el equilibrio que debe existir entre trabajo y familia.