¿Círculo o espiral?
En momentos surge la reflexión de que si lo que estamos haciendo y la manera en que estamos trabajando es un círculo que se repite año con año… o una espiral. ¿Estamos cerrando el año igual que como lo iniciamos o mejor que como lo iniciamos? ¿Hicimos nuestro mejor esfuerzo para avanzar o quedamos igual que antes?.
La respuesta a las preguntas anteriores dependerá en gran parte del esfuerzo que le hayamos puesto a todas nuestras actividades.
Esta reflexión personal se aplica para todas las funciones que desempeñamos, en el trabajo, dentro y fuera de casa, en las actividades deportivas, sociales, académicas, en la acción comunitaria, en todo, en nuestro diario vivir.
Nuestro mejor esfuerzo se diferencia del simple esfuerzo por un amplio margen que proporciona la pasión, empuje y entusiasmo con que hayamos actuado. La pasión por tener éxito en nuestras metas, por alcanzar la excelencia, por aprender cada día más, se traduce en una invaluable fuente de energía, alegría y fortaleza.
Efectivamente, esa energía innata en nosotros nos lleva a hacer nuestro mejor esfuerzo. Todo la tenemos en nuestro interior. Depende de cada persona identificarla y canalizarla de una manera adecuada al propósito adecuado. Es precisamente esa capacidad de reconocer nuestras fortalezas y canalizar nuestra energía y nuestros esfuerzos lo que distingue a una persona de éxito de alguien que no lo obtiene.
Gracias a Dios y a los talentos que nos han sido dados, todos tenemos la capacidad de lograr nuestras metas, de ser excelentes personas, de alcanzar la excelencia en lo que nos propongamos, solo tenemos que ver hacia nuestro interior. La alegría y actitud positiva que tengamos y pongamos en práctica al paso del tiempo hará maravillas en nuestras vidas. Dios nos ha dotado a todos los seres humanos con una enorme fortaleza y energía. Solo se requiere que cada persona tome la decisión y “encienda” la energía positiva para que empiece a fluir y generar cambios favorables en sí mismo y en el entorno. Para ello, hay que considerar los siguientes factores:
El éxito se alcanza haciendo nuestro mejor esfuerzo. Lo bueno lleva tiempo, pero no es imposible alcanzarlo. Nuestros logros dependerán de lo dispuestos que estemos a alcanzarlos y que tanto esfuerzo, empeño y dedicación le pongamos.
Entonces… ¿círculo o espiral? ¿Cómo ha sido nuestra vida en los últimos años?. Si vemos que hemos permanecido en círculos ¿Qué vamos a hacer para entrar a la espiral y mejorar? ¡Si se puede!.