Cómo ganarse la confianza en sí mismo y en los demás
La vida humana comienza y es posible sólo desde la confianza. Basta con mirar a los niños para comprobarlo: su inmadurez y fragilidad los hace depender de sus padres para garantizar su supervivencia. De la seguridad y cariño de esta relación surge su identidad, su desarrollo y su destreza para socializar.
Recurrimos a la confianza en las personas para ayudarnos en la vida; de no ser así, nos volveríamos personas aisladas, herméticas, temerosas de las intenciones de los demás y finalmente, personas tristes o grises.
La confianza no se exige, se ofrece y se merece. ¿Qué elementos involucran la confianza en uno mismo y en los demás?
Amor: Saber que alguien te ama produce confianza dentro y hacia fuera de la persona.
La confianza muestra la intensidad del vínculo entre dos personas, cuando una persona muestra que te quiere y tiene buenos sentimientos hacia ti, genera confianza entre ambos. La confianza es esa seguridad que tenemos de la rectitud y de las buenas intenciones de los demás.
Compromiso: La confianza se fundamenta y se sostiene en el amor y el amor es compromiso. Cuando una persona se compromete, nos inspira confianza porque sabemos que no nos va a fallar, que hará todo su esfuerzo por cumplir. Vivimos una época en la que las personas evitan el compromiso. Esto provoca que las relaciones interpersonales sean más superfluas porque evitar el compromiso es limitar el amor. Los que no tienen confianza en sí mismos posponen las decisiones importantes, dando largas a los asuntos difíciles, dejando cosas sin hacer, por lo que es muy difícil confiar en ellos.
Fidelidad: la virtud de la fidelidad es la lealtad, el cumplimiento de la fe que uno le debe al otro. La fidelidad consiste en conservar vivo el compromiso; mantenerse siempre abierto a la esperanza de todo lo bueno y grande que se intuyó en el otro. La fidelidad brota del amor a lo valioso, es la coherencia en la vida.
Comunicación: La comunicación fortalece la confianza, de lo contrario la bloquea o la limita. Una buena comunicación con la pareja evitará conflictos y malos entendidos. Con los hijos, ayuda a guiarlos y a educarlos mejor. En la empresa, ayuda a aclarar los objetivos del trabajo, a ser más eficientes, a generar confianza y a crecer dentro de la organización.
Sinceridad: Aceptar la realidad es aceptar la verdad. La confianza debe basarse en la realidad en el conocimiento de las fuerzas y debilidades propias o de los demás. Saber cuáles son mis cualidades me ayuda a hacer mejor el trabajo, y conociendo mis defectos sabré que podría arruinarlo y en qué debo trabajar. Por tanto, una persona que confía en sí misma se conoce y cree en su potencialidad. Cuando una persona es sincera, se puede confiar en que lo que dice es cierto y además que se comprometerá.
Si todos nos esforzamos por generar confianza en la familia, en la empresa y en la sociedad, viviremos más felices porque la confianza es una necesidad básica en el ser humano.