La familia alrededor de la mesa
Nacemos dentro de una familia, recibimos nuestra primera educación y formación en una familia, y la mayoría de nosotros crece y busca formar su propia familia. Para muchas personas la familia es el centro de la vida; representa de donde venimos, donde estamos y hacia donde vamos. Por ello, en ANSPAC valoramos a la familia y luchamos por fortalecer los valores familiares.
La familia es una parte tan importante de nuestra vida que resulta relevante repasar una manera muy sencilla en que podemos mejorar el tiempo que pasamos con ella. ¿Qué podemos hacer los padres para formar mejor a nuestros hijos y enfrentar lo diferentes retos que supone la vida familiar actual? ¿Qué ideas existen hoy en día para mejorar la convivencia, unirnos más como familia e incrementar la calidad del tiempo familiar?.
Aún cuando el tren de vida acelerado que llevamos hoy muestra que cada integrante de la familia pudiera estar inmerso en sus propios intereses y actividades –frecuentemente fuera de casa- siempre hay manera de mantener y fortalecer el vínculo familiar. Hay palabras, acciones, actividades para tener tiempo de calidad, maneras de compartir… y expresiones físicas y gestuales que nos ayudarán a hacerlo.
En esta era de las redes sociales, donde parece que a través de los celulares estamos más conectados con quienes están más lejos que con quienes están a nuestro alrededor, es importantísimo procurar tiempo para desayunar, comer o cenar en familia. En este sentido, a cena es particularmente importante porque es el cierre del día, donde podemos compartir lo que cada quien hizo y lo que planea hacer al día siguiente, pero lo más importante es hacerlo con la televisión apagada y sin contestar el teléfono (si alguien llama se le podrá decir que pronto se le regresará la llamada), sin estar leyendo o enviando mensajitos. Lo mejor es dejar los teléfonos celulares en otra habitación o alejarlos de la mesa lo más posible. Tampoco hay que tener el periódico a la mano, ni los libros y cuadernos con la tarea sobre la mesa.
La cena es de los pocos momentos en que se reúnen todos o la mayoría de los miembros de la familia. Es importante que la conversación fluya con naturalidad y que se comenten temas diferentes y variados. Es cuando nos podemos poner al día con respecto a lo que nos sucede y les sucede a los demás. La familia puede platicar sobre lo relevante del día en la escuela, en el trabajo, la comunidad; conversaciones con amigos, planes, anécdotas. Se platica de todo. Si hubiera algún problema o situación difícil, la familia podrá comentarlo a discreción y los padres podrán aconsejar a sus hijos. Este es un buen momento también de platicar cosas divertidas y amenas. Todo ello conlleva a mantener a la familia con un fuerte vínculo, estando enterados de lo que nos sucede a unos y otros, y los planes que cada quien tiene.
Para que la reunión alrededor de la mesa sea agradable para todos, incluyendo para la mamá, quien usualmente prepara la cena, se sugiere motivar al esposo y a los hijos a colaborar en las diferentes etapas de la preparación, considerando las edades y posibilidades de cada miembro de la familia. Por ejemplo, los niños más chiquitos pueden ayudar a “condimentar” los alimentos, los mayorcitos podrán ayudar a poner la mesa, a servir lo que se va a tomar. Los adolescentes podrán mostrar interés en cocinar algo diferente o experimentar con recetas. Lo importante es compartir las tareas para que la carga no resulte pesada para una sola persona. Esto implica desde la planeación de la cena, las compras de los alimentos, cocinar, servir y por supuesto ¡lavar los platos!. La cena resultará más agradable para todos si se colabora y nadie siente que tiene toda la carga.