Inteligencia emocional: ¿Qué es y para qué sirve?

Estamos inmersos en una sociedad donde el estrés juega un papel muy importante en lo cotidiano de nuestros días, afectando a personas de cualquier edad, repercutiendo en ocasiones en nuestra salud física, psicológica, en nuestra conducta y emociones a la hora de relacionarnos con las personas que nos rodean en el trabajo, en la escuela, en la casa, con nuestros hijos, en el matrimonio por mencionar algunos ejemplos.

La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos de manejar nuestras propias emociones. de nada sirve tener un coeficiente intelectual elevado si nuestra habilidad de control de emociones no funciona correctamente. cualquiera puede enojarse, eso es algo muy sencillo, pero enojarse con la persona adecuada y de forma justa no siempre resulta de la manera en que debe ser, por lo tanto, debemos aprender a controlar nuestras emociones, ya que esto nos va a permitir convertir los obstáculos en oportunidades de crecimiento personal. aprender a escuchar lo que sentimos y lo que sienten los demás de manera empática es parte de la inteligencia emocional que nos permite relacionarnos de manera adecuada.

Imagina por un momento que uno de tus hijos no ha sacado la calificación que tú esperabas y esto te produce un gran enojo y frustración, a tal grado que le gritas a tu hijo, esto de alguna manera terminara para ti en un desgaste emocional sin mencionar el efecto que causarás en tu hijo.

Imagina la misma historia, pero que en lugar de enojarte, te detienes un momento, prácticas la empatía y te preguntas qué puede estar sintiendo tu hijo al darte la noticia, si tú lo viste prepararse para el examen, entonces los resultados emocionales son otros y tu hijo aprende de ti a controlar sus emociones.

Conocernos a nosotros mismos es la clave fundamental de la inteligencia emocional, es lo que podemos llamar autoconciencia emocional, la que nos permite tomar conciencia del momento en que la emoción surge. desarrollar la habilidad para manejar nuestros sentimientos es reconocer primero nuestras emociones ¿qué siento?, ¿qué lo provocó?, ¿quién lo provocó?, son algunos de los cuestionamientos que nos ayudarán a concientizarnos de lo que sentimos y poder suavizar expresiones como el enojo, la ira y esto tendrá un impacto positivo en nuestras relaciones interpersonales.

El equilibrio de nuestra inteligencia emocional nos permitirá entablar buenas relaciones sociales, ya que esto tiene una fuerte relación con la forma en que reaccionamos ante las emociones de los demás, también nos ayudará a ser más flexible en los momentos de cambio, responder a personas difíciles de una manera más atenta, con más paciencia y calma, así como mantener una perspectiva optimista y positiva ente la vida.