Solo lo necesario

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Vivir con sencillez. El mundo está pasando por una crisis económica sin precedentes. Las economías de todos los países han sido alteradas y pareciera que el mundo está de cabeza. Esto significa una alerta para cada hogar, para que todas las familias actuemos positivamente y podamos salir adelante y con bienestar espiritual, físico, emocional y económico. Las circunstancias han cambiado y nosotros, cada quien en su hogar y en su comunidad, debemos asumir la responsabilidad de lo que viene y enfrentarlo de la mejor manera posible. Es el momento de vivir con sencillez. Es el momento de vivir solo con lo necesario. La vida cómoda que hemos llevado hasta ahora tiene su precio: depender de los demás para cubrir nuestras necesidades materiales y de servicios. Por lo mismo, ahora debemos ir haciéndonos cada vez más independientes y autosuficientes para poder salir adelante. ¿Cómo hacerlo? A continuación algunas ideas básicas:

Elimina o reduce tus deudas. Este proceso puede llevar tiempo, pero todo empieza con el primer paso, todo hogar requiere de ingresos para poder pagar los servicios básicos: luz, agua, gas; además de cubrir las necesidades para una vida digna: alimento, techo y vestido. Estos son los gastos ineludibles. Se recomienda comprar sólo lo necesario, es decir trabajar para vivir y no vivir para trabajar –y para pagar las deudas. Es muy importante mantener la deuda a un nivel mínimo. Si tienes tarjetas de crédito guárdalas o utilízalas lo menos posible. Sólo carga a la tarjeta lo que puedas pagar en su totalidad cuando llegue el estado de cuenta. Este es el primer paso para salir de las deudas: reducir los saldos de las tarjetas de crédito hasta eliminarlos. También es importante limitar las compras sólo a los productos y actividades que sean estrictamente necesarios en el hogar. En este sentido cada quien deberá analizar los gastos que usualmente tiene pero que no son indispensables para la vida diaria, por ejemplo: el periódico, las salidas a restaurantes, regalos, compras de ropa, salidas al cine, etc. ¿Cuáles son los gastos que puedes eliminar sustituyendo esa actividad con otra igualmente agradable y de convivencia? Tal vez nos parezca difícil acostumbrarnos a esta nueva manera de vivir, y de gozar, la vida. Cuesta prescindir de ciertos “lujos”, de ciertos gustos, pero, con un poco de imaginación, rápidamente encontraremos la manera de reducir los gastos. En ocasiones, los valores sociales malentendidos influyen en las decisiones de compra y así, por no sentirnos “menos” ante las amistades, vecinos, etc. adquirimos productos que no necesitamos o que no están al alcance de nuestras posibilidades. Se recomienda elaborar un presupuesto familiar para saber en qué se gasta el ingreso en el hogar, cuáles son realmente los gastos mensuales fijos, cuáles son los variables, saber si se está gastando lo correcto en bienes y servicios y cuánto se está ahorrando en cada familia. Así, antes de comprar puedes identificar si la compra es una necesidad, un gusto o un deseo.

Entonces surge la pregunta: ¿Cómo le vamos a hacer con los cumpleaños, aniversarios o navidades? Los regalos más valiosos son los que se hacen con el corazón: amor, cariño, perdón y comprensión. Hay infinidad de personas que serían felices son unos minutos de tu tiempo. Abre tu corazón al que necesita tu ayuda y no esperes a que te la pida para ofrecerla. Tiende una mano y comparte tu tiempo, ese es el mejor regalo que le puedes dar a una persona. ¿Sientes la necesidad de entregar algo físicamente? Elabora una tarjeta con una oración para los tuyos y sus familias, para que Jesús los colme de bendiciones. Esto requiere de un poco de esfuerzo, ¡pero vale la pena! Recuerda: no le des importancia a las personas o a los valores económicos: tu paz, tu libertad, la belleza y la vida toda. Son demasiadas las cosas y las actividades que nos alejan de lo esencial. Cada quien puede tener y hacer lo que se le antoje, pero lo que cuenta es la actitud frente a las cosas; lo que esperamos de nuestra vida y lo que hacemos para lograrlo. Vive con sencillez, solo con lo necesario.