Cultura es un término que indica: acción de cultivar. Que lleva al hombre a ocuparse de sí mismo, a no quedarse en el estado natural en que ha venido al mundo, lo cual nos sugiere que debemos cultivar nuestra inteligencia y educación desarrollando un conjunto de conocimientos de acuerdo a los modos de vida y costumbres de nuestro medio.
Ser educado es tener conocimiento para poder dialogar, tener sencillez y trato amable, significa aprender y poseer lo aprendido, ampliar nuestra forma de pensar y razonar: ser una persona culta.
En nuestra vida habitual tenemos: tiempo de trabajo y tiempo de ocio.
El ocio no es el aburrimiento de no hacer nada, no es parálisis ni flojera.
El ocio: es ocupar nuestro tiempo en algo distinto a nuestro trabajo diario. Bien sea, practicando o simplemente admirando y divirtiéndonos en actividades como:
•La pintura, escultura y arquitectura.
•La poesía, la novela, la historia.
•El teatro, el cine, los museos.
•Las tradiciones locales y nacionales.
•La gastronomía y la vinicultura.
•Los viajes y las excursiones.
•El contacto con la naturaleza.
Vivir el ocio aprovechando estas y otras experiencias culturales que están a nuestro alcance, nos libera de las tensiones propias del trabajo, nos hace más eficientes y productivos.
Pero no nos confundamos: no se puede estar ocioso, sin haber trabajado antes. La primera regla del juego es haber terminado el trabajo, después… ¡El cultivo del espíritu!