Llega un momento en la vida, en que es necesario comprometerse, llegar a acuerdos y cumplir con las obligaciones que se presentan en las diferentes etapas y situaciones de la vida.
Un hombre y una mujer que se aman necesitan formalizar su relación y decidir libremente amarse y ser fiel el uno al otro para formar una familia. Es necesario el compromiso para garantizar el éxito de su relación. Si no existe esta seguridad, la familia corre el riesgo de desintegrarse. Un amor comprometido es el requisito para iniciar una familia y ofrecer a los hijos la seguridad y la confianza necesarios para desarrollarse y madurar como personas.
“Nunca te comprometas con algo que no vayas a cumplir, mucho menos si hay de por medio una persona”
Tener un hijo implica el compromiso de atenderlo, educarlo y ayudarlo a ser una persona madura, libre e independiente. A veces esto no es fácil porque requiere mucho esfuerzo y generosidad para dar lo mejor de sí y olvidarse de los propios deseos. Así lo relata María cuando llena de satisfacción comenta que valió la pena todo el esfuerzo por sacar adelante a su hija. Sus maestras pensaban que no podría terminar la secundaria por los “serios problemas de aprendizaje”. Con su apoyo, su hija terminó sus estudios, aprendió a estudiar y obtuvo una maestría en educación en una prestigiada universidad. Ahora ayuda a muchos niños, que como ella, tienen “problemas de aprendizaje”. María tomó en serio su compromiso.
Así lo hizo Dick y Judy, padres de Rick, Este pidió a su padre que ambos se inscribieran en una carrera atlética. Dick no era corredor pero aceptó el reto de hacerlo. Se dieron a conocer como el equipo Hoyt.
“El compromiso es una puerta a la felicidad por la satisfacción del deber cumplido”.
-Vicky Cantú de Santos